El mítico Teatro de Arte de Moscú
ha recalado en Madrid, dentro del ciclo Una
mirada al mundo, que organiza el Centro
Dramático Nacional. Este ciclo es una especie de sucedáneo de lo que fue el
Festival de Otoño, que ahora ha
pasado celebrarse en primavera y ha conservado el ridículo nombre de Festival de Otoño en Primavera. Los
amantes del teatro nos congratulamos de poder disfrutar en Madrid de estos dos
eventos, donde poder disfrutar, conocer, investigar y admirar el teatro que se
hace por el resto del mundo. Algo muy difícil de conseguir fuera de estos
eventos institucionales.
Konstantin Stanislavski fue uno de
los fundadores en 1898 de este Teatro de Arte de Moscú, que cuenta a sus
espaldas más de 100 años. No voy a entrar aquí en lo que supuso (y supone) la
figura del director de escena ruso y su hiper-conocido método actoral, incluso
en su vertiente polémica (que la tiene). Si hay que hacer referencia a que fue
precisamente este teatro el que acogió las obras de un Antón Chéjov, por
entonces no demasiado bien comprendido o afianzado en los medios teatrales. La
simbiosis fue muy fructífera. Tanto, que pocos se han atrevido a subir a las
tablas a Chéjov alejándose de los preceptos Stanislavskianos.
El duelo es una novela corta
escrita por Antón Chejov y publicada por primera vez en la revista Novoe vremia de San Petesburgo en 1891.
La adaptación al teatro parece correr a cargo del mismo director de escena, Anton
Yakovlev. Ya sabemos que a partir de un texto teatral pueden hacerse diferentes
versiones, que a su vez pueden dar lugar a muy diversas puestas en escena. Las
adaptaciones teatrales intentan trasladar un texto desde un género, normalmente
narrativo, a otro de tipo dramático. Y, por supuesto, estas adaptaciones son
también susceptibles de generar un sinfín de puestas en escena. Este proceso implica realizar una dramaturgia tanto de la historia (fábula) como del discurso (forma) de la narración. Y
ambas actuaciones pueden darse en muy diferente grado.
La adaptación de Yakovlev opta por
una dramaturgia de la historia que respeta bastante fielmente la literalidad de
la novela, aunque se permite algunas licencias (Layévski no ve realmente a
Fiódorovna con Kirilin, cargando sobre Von Koren el desafio o escamoteando el
desenlace del duelo con la advertencia del Dicácono, etc.). La dramaturgia del
discurso bascula desde la acción, que es preeminente en la novela, hacia el
ambiente más propio de las obras teatrales de Chéjov. Así se intenta desvirtuar
el detonante, desarrollo y consecuencias del duelo, que da titulo al relato y
la obra teatral. Y por eso la acción carece del dramatismo necesario para
justificar lo que hacen los personajes, que parecen vagar por un extraño e
inmotivado exilio en el Caúcaso.
A mi entender este es el motivo
fundamental de que la puesta en escena no tenga la fuerza y convicción que debe
de transmitir, durante las tres horas que dura la misma. Todo discurre dentro
del ambiente naturalista que es seña
de identidad del Teatro de Arte de Moscú, con unas actuaciones realmente
meritorias por parte de los actores, pero que no terminan de dar una sensación
global de algo compacto y coherente. Yo destacaría la escena entre Nadiézhda
Fiódorovna y María Konstantinovna, muy hábilmente envuelta dentro del ambiente
onírico de las fiebres de la primera, y donde la segunda le recrimina a la
primera su vida en pecado. Esto llega
incluso a provocar la alborotada hilaridad del respetable y la escena fue
premiada con unos merecidos aplausos en mitad de la obra.
El personaje de Samóilenko,
genialmente interpretado por Dmitri Nazarov, intenta crear ese espacio de
intermediación necesario para la aparente irreconciliable enemistad entre Layévski
y Von Koren, ambos un tanto perdidos en ese forzado "spleen" en que
se mueven. En general todos los actores muestran una contención y un saber
estar dignos de elogio. Y todo dentro de ese ambiente decimonónico, realista,
pero a la vez con una escenografía icónica que integra todos los espacios
necesarios para la representación.
Para terminar haré una breve
referencia al darwinismo social, debido a que se menciona explícita y reiteradamente
al antropólogo británico Herbert Spencer en varios pasajes de la obra. Esta
teoría, denostada después y despreciada hasta la saciedad, intenta aplicar al ámbito
social la selección natural propugnada por Darwin para el evolucionismo. A su
vez, el personaje de Von Koren es acusado por Samóilenko de estar demasiado
influenciado por los alemanes, seguramente en referencia con el mito del
super-hombre de Nietzsche. Toda esta ideología, patente en este personaje, parece
hacer del mismo un nazi, lo que puede confundir un tanto al espectador actual.
Sobre todo cuando al final la acción toma un camino inesperado, con la
reconciliación entre Von Koren y Layévski, debido a que el primero aprecia los
esfuerzos del segundo por socializarse y vivir dentro de la comunidad.
Pese a que al final de la obra hubo
una respetable ovación, faltó el entusiasmo que otros años despertó en el
público madrileño la presencia de estas compañías del Este de Europa, que
cultivan una cadencia y saber estar actoral muy diferente de lo que solemos ver
por aquí. Seguir una obra tres horas sobretitulada en ruso, donde se pierde
mucho de la literalidad del texto proferido por los actores, no es tarea apta
para todos los públicos. Otros años (el montaje de Donnellan del año pasado con
la Fundación Chejov o el Teatro Nacional de
Bielorrusia anteriormente) sí que surgió esa química o alquimia con el
público madrileño, que en este caso no terminó de cuajar, a mi entender por
cuestiones dramatúrgicas.
El Duelo, de Antón
Chéjov
Intérpretes: Alexei
Agapov (Kirilin), Armen Arshanyan (Músico), Pavel Levkin (Achmiánov), Anatoli
Belly (Layévski), Victor Kulukhin (Mustafá), Dmitri Kuptsov (Alumno), Evgeni
Miller (Von Koren), Dmitri Nazarov (Samóilenko), Natalia Rogozhkina (Nadiézhda
Fiódorovna), Valeri Troshin (Diácono Pobedov) Olga Vasiléva (María
Konstantinovna)
Dirección: Anton
Yakovlev. Una producción del Teatro de Arte de Moscú.
Idioma: Ruso (con sobretítulos en español)
Idioma: Ruso (con sobretítulos en español)
Teatro
Valle-Inclán, Madrid. Sábado 21 de septiembre de 2013.
Ciclo: Una
mirada al mundo del CDN.
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