jueves, 10 de octubre de 2013

EL DUELO, DE CHÉJOV



El mítico Teatro de Arte de Moscú ha recalado en Madrid, dentro del ciclo Una mirada al mundo, que organiza el Centro Dramático Nacional. Este ciclo es una especie de sucedáneo de lo que fue el Festival de Otoño, que ahora ha pasado celebrarse en primavera y ha conservado el ridículo nombre de Festival de Otoño en Primavera. Los amantes del teatro nos congratulamos de poder disfrutar en Madrid de estos dos eventos, donde poder disfrutar, conocer, investigar y admirar el teatro que se hace por el resto del mundo. Algo muy difícil de conseguir fuera de estos eventos institucionales.

Konstantin Stanislavski fue uno de los fundadores en 1898 de este Teatro de Arte de Moscú, que cuenta a sus espaldas más de 100 años. No voy a entrar aquí en lo que supuso (y supone) la figura del director de escena ruso y su hiper-conocido método actoral, incluso en su vertiente polémica (que la tiene). Si hay que hacer referencia a que fue precisamente este teatro el que acogió las obras de un Antón Chéjov, por entonces no demasiado bien comprendido o afianzado en los medios teatrales. La simbiosis fue muy fructífera. Tanto, que pocos se han atrevido a subir a las tablas a Chéjov alejándose de los preceptos Stanislavskianos.

El duelo es una novela corta escrita por Antón Chejov y publicada por primera vez en la revista Novoe vremia de San Petesburgo en 1891. La adaptación al teatro parece correr a cargo del mismo director de escena, Anton Yakovlev. Ya sabemos que a partir de un texto teatral pueden hacerse diferentes versiones, que a su vez pueden dar lugar a muy diversas puestas en escena. Las adaptaciones teatrales intentan trasladar un texto desde un género, normalmente narrativo, a otro de tipo dramático. Y, por supuesto, estas adaptaciones son también susceptibles de generar un sinfín de puestas en escena.  Este proceso implica realizar una dramaturgia tanto de la historia  (fábula) como del discurso (forma) de la narración. Y ambas actuaciones pueden darse en muy diferente grado.

La adaptación de Yakovlev opta por una dramaturgia de la historia que respeta bastante fielmente la literalidad de la novela, aunque se permite algunas licencias (Layévski no ve realmente a Fiódorovna con Kirilin, cargando sobre Von Koren el desafio o escamoteando el desenlace del duelo con la advertencia del Dicácono, etc.). La dramaturgia del discurso bascula desde la acción, que es preeminente en la novela, hacia el ambiente más propio de las obras teatrales de Chéjov. Así se intenta desvirtuar el detonante, desarrollo y consecuencias del duelo, que da titulo al relato y la obra teatral. Y por eso la acción carece del dramatismo necesario para justificar lo que hacen los personajes, que parecen vagar por un extraño e inmotivado exilio en el Caúcaso.

A mi entender este es el motivo fundamental de que la puesta en escena no tenga la fuerza y convicción que debe de transmitir, durante las tres horas que dura la misma. Todo discurre dentro del ambiente naturalista que es seña de identidad del Teatro de Arte de Moscú, con unas actuaciones realmente meritorias por parte de los actores, pero que no terminan de dar una sensación global de algo compacto y coherente. Yo destacaría la escena entre Nadiézhda Fiódorovna y María Konstantinovna, muy hábilmente envuelta dentro del ambiente onírico de las fiebres de la primera, y donde la segunda le recrimina a la primera su vida en pecado.  Esto llega incluso a provocar la alborotada hilaridad del respetable y la escena fue premiada con unos merecidos aplausos en mitad de la obra.

El personaje de Samóilenko, genialmente interpretado por Dmitri Nazarov, intenta crear ese espacio de intermediación necesario para la aparente irreconciliable enemistad entre Layévski y Von Koren, ambos un tanto perdidos en ese forzado "spleen" en que se mueven. En general todos los actores muestran una contención y un saber estar dignos de elogio. Y todo dentro de ese ambiente decimonónico, realista, pero a la vez con una escenografía icónica que integra todos los espacios necesarios para la representación.

Para terminar haré una breve referencia al darwinismo social, debido a que se menciona explícita y reiteradamente al antropólogo británico Herbert Spencer en varios pasajes de la obra. Esta teoría, denostada después y despreciada hasta la saciedad, intenta aplicar al ámbito social la selección natural propugnada por Darwin para el evolucionismo. A su vez, el personaje de Von Koren es acusado por Samóilenko de estar demasiado influenciado por los alemanes, seguramente en referencia con el mito del super-hombre de Nietzsche. Toda esta ideología, patente en este personaje, parece hacer del mismo un nazi, lo que puede confundir un tanto al espectador actual. Sobre todo cuando al final la acción toma un camino inesperado, con la reconciliación entre Von Koren y Layévski, debido a que el primero aprecia los esfuerzos del segundo por socializarse y vivir dentro de la comunidad.

Pese a que al final de la obra hubo una respetable ovación, faltó el entusiasmo que otros años despertó en el público madrileño la presencia de estas compañías del Este de Europa, que cultivan una cadencia y saber estar actoral muy diferente de lo que solemos ver por aquí. Seguir una obra tres horas sobretitulada en ruso, donde se pierde mucho de la literalidad del texto proferido por los actores, no es tarea apta para todos los públicos. Otros años (el montaje de Donnellan del año pasado con la Fundación Chejov o el Teatro Nacional de  Bielorrusia anteriormente) sí que surgió esa química o alquimia con el público madrileño, que en este caso no terminó de cuajar, a mi entender por cuestiones dramatúrgicas.





El Duelo, de Antón Chéjov

Intérpretes: Alexei Agapov (Kirilin), Armen Arshanyan (Músico), Pavel Levkin (Achmiánov), Anatoli Belly (Layévski), Victor Kulukhin (Mustafá), Dmitri Kuptsov (Alumno), Evgeni Miller (Von Koren), Dmitri Nazarov (Samóilenko), Natalia Rogozhkina (Nadiézhda Fiódorovna), Valeri Troshin (Diácono Pobedov) Olga Vasiléva (María Konstantinovna)

Dirección: Anton Yakovlev. Una producción del Teatro de Arte de Moscú.
Idioma: Ruso (con sobretítulos en español)
Teatro Valle-Inclán, Madrid. Sábado 21 de septiembre de 2013.
Ciclo: Una mirada al mundo del CDN.

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