domingo, 1 de junio de 2014

COMO GUSTÉIS, DE WILLIAM SHAKESPEARE


Pocas veces me salgo de un teatro, y esta ha sido una de ellas. Lo siento por Shakespeare, ya que nunca habría pensado cometer tal osadía. Pero es que hay cosas...
Como gustéis es una comedia en la que el bardo deriva los conflictos palaciegos hacia un ámbito cuasi pastoril, el bosque de Arden, donde entre equívocos, pantomimas y filosofía, los amores podrán florecer lejos de la civilización, sujeta esta férreamente al egoísmo humano.
Podemos, se puede, convertir el epílogo en un prólogo. Y no pasa nada. Podemos crear una escenografía sugerente y vestir a los personajes de bonitos trajes. Podemos involucrar a un montón de artistas. Pero no podemos derrochar su talento (y el dinero de todos). Podemos transgredir a Shakespeare, pero no debemos banalizar y desactivar todos sus recursos para terminar haciendo de su obra algo soso y aburrido, falto de emoción y perspectiva. 


Denominar comedia con música para actores a esta puesta en escena es tener ganas de... justificar lo injustificable. Porque lo que parece es que se ha cogido un texto de teatro clásico, se ha añadido música de todo estilo y pelaje y se ha agitado la coctelera. Y ha salido lo que ha salido. Porque los números musicales no están justificados. No ilustran, no recalcan, no revelan, no emocionan, no nada... de nada. Simplemente se pone a toda la compañía a cantar. Y unos cantan más que otros. Algunos, decididamente, muy bien. Pero me pierdo. Me pierdo entre canción y canción. Y de canción a canción me aburro.
La parte actoral se verifica en verdadera histeria durante la primera parte. Peleas, gritos y estridencias envuelven entradas y salidas precipitadas que hace que los actores tengan que volver a escena para terminar sus parlamentos. Y otra vez, hasta la saciedad. Los personajes se rebelan ante sus oponentes y desoyen toda lógica interna en un afán de gritar más que el contario. Y para suavizar nos echamos una cancioncita. Parece que se van calmando las cosas cuando llegamos a nuestro idílico bosque, aunque ya es demasiado tarde para filosofías...


Y llega el intermedio, después de hora y media. Y queda otro tanto. Aun así, parece, según leo por ahí, que la cosa no mejora en la segunda parte, sino todo lo contrario Y me digo, y nos decimos... ¿nos tomamos una caña? Y ahí está Lavapiés, como siempre. Ajeno al crimen que se está cometiendo con uno de los más grandes poetas del teatro mundial. Y no echo ni una lágrima. ¿Es posible que yo sea un calamar?, me pregunto. Y yo mismo me respondo que no. Que así es la vida...Y el teatro. Otra vez será...


COMO GUSTÉIS, DE WILLIAM SHAKESPEARE.
TEATRO VALLE-INCLÁN DE MADRID
29 DE MAYO DE 2014


No hay comentarios:

Publicar un comentario