Algunos han
definido o catalogado la obra Baile de
huesos como una comedia negra. Indudablemente tiene tintes de comedia y
busca hacernos reír. Aunque no todo el rato. El calificativo negra remite simbólicamente a la muerte,
aunque también por extensión parece haberse confundido con el género policiaco.
Sí que hay una búsqueda o una incertidumbre que domina toda la obra donde se
establece, ni más ni menos, quién debe de morir. Cuatro personajes en la
antesala de la muerte esperando a que esta se presente para llevarles consigo.
Y se presenta. Pero no es el horripilante ser de la guadaña que siega nuestra
existencia. Es un hombre sencillo, afable y parlanchín, con más pinta de
funcionario que de verdugo, que incluso parece dudar de su labor.
Desmitificar o
desdramatizar la muerte mediante el humor es algo que tiene una larga tradición
occidental, desde los chistes de velatorio hasta las bromas macabras. Elena Belmonte ganó el premio Lázaro Carreter en 2010, que convoca el Centro Dramático de Aragón, con esta
obra. Una obra que parece más de caracteres que de personajes. Estos son
definidos inicialmente por su posicionamiento ante la vida. Pero esta
experiencia de verse cara a cara ante la muerte hará que profundicen en su
interior y muestren su verdadero ser. Y
este es el gran valor de la obra. Un gran reto actoral donde cada personaje
debe de evolucionar y transformarse en sí mismo para afrontar lo inescrutable.
La Sala Estudio 2- Manuel Galiana es una pequeña
sala en el centro de Madrid que alberga a la compañía Martes Teatro, que dirige
el mítico actor que da nombre a la misma.
Es un auténtico lujo poder ver a este gran actor en escena a tan sólo
unos pocos metros, con la cercanía que proporcionan este tipo de teatros. Su
caracterización amable de La Parca o Tánatos, que tantos nombres ha recibido,
hace posible que los supuestamente enjuiciados puedan llegar expresarse
liberándose de los tabúes sociales que les aprisionan. Tobías (Oscar Olmeda) es un fanfarroncete
empeñado en matarse ante la pérdida, física, del amor. Es el que da el tono más
jocoso y apostilla todo lo que sucede en escena. Lisa (Pilar Ávila) es una chica soñadora que vive encerrada en sus
propias fantasías infantiles como reacción a su abandono materno. Es tierna,
graciosa y buena. Mauro (Jesús Ganuza)
es un hombre apocado que suple sus enormes carencias en habilidades sociales
con la acumulación de conocimientos. Es un hombre de lo más gris que da mucho
juego. Cora (Myriam Gas) ha tenido
que luchar lo indecible para subir en la escala social. Por eso parece fría y
calculadora, avariciosa y despiadada.
¿Quién se irá con
la muerte? Ese será el gran dilema de obra. Aunque seguramente será lo que
menos importa, así como el aspecto no tan bien resuelto en un final sin
tragedia. La puesta en escena está concebida alrededor de un espacio vacío, una
caja negra con tres sillas, sin apenas efectos de iluminación y sonido, donde
el trabajo actoral se apropia del primer plano y allí desarrolla todas sus
matizadas variantes. Una clara oposición de caracteres entre Mauro y Tobías,
así como entre Lisa y Cora, también enfatizan una evidente disonancia, en otro plano, entre Tobías y Cora, o entre Mauro y Lisa. La compañía anuncia un elenco en su
publicidad que no corresponde con el que aquí se refleja, de lo que se infiere
que varios miembros de la misma están siempre dispuestos a subir a las tablas.
De igual manera, parece que en la obra dramática publicada la muerte es una
mujer, algo que también sucede en algunas representaciones, y que en este caso
habría que ver si este aspecto modificaría esencialmente la obra. Una compañía
casi de repertorio. Me encanta.
TITULO: "Baile de huesos"
AUTORA: Elena Belmonte Salmón
DIRECCIÓN: Manuel Galiana
REPARTO:
Tobías: Oscar Olmeda
Lisa: Pilar Ávila
Mauro: Jesús Ganuza
Cora: Myriam Gas
La Muerte: Manuel Galiana
Compañía Martes Teatro
Sala Estudio 2 – Manuel Galiana
(Calle Moratines 11, Madrid)
Domingo 15 de diciembre de 2013. 12
euros.
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